8
SEGUNDA CARTA A LOS CORINTIOS
(AÑO 57/ 13 CAPÍTULOS. AUTOR: PABLO)
ERMG
1
Es una carta
escrita por Pablo de Tarso a la comunidad cristiana en Corinto.
2
Temas:
Defensa de su labor predicadora y apostólica.
Pablo habla de sus padecimientos: en azotes y riegos
de muerte.
Les gano en fatigas, les gano en prisiones, aún más en
golpes, con frecuencia estuve al borde de la muerte. Cinco veces fui azotado
por los judíos con los treinta y nueve golpes, tres veces me azotaron con
varas, una vez me apedrearon; tres veces naufragué y pasé un día y una noche en
alta mar. Cuántos viajes, con peligros
de ríos, peligros de asaltantes, peligros de parte de mis compatriotas,
peligros de parte de los extranjeros, peligros en ciudades, peligros en
descampado, peligros en el mar, peligros por falsos hermanos. Con fatiga y
angustia, sin dormir muchas noches, con hambre y con sed, en frecuentes ayunos,
con frío y sin ropa. Y además de estas y
otras cosas, pesa sobre mí la carga cotidiana, la preocupación. (Capítulo 11).
3
En el capítulo 12, Pablo habla de una posible
enfermedad.
“Me ha sido dado un aguijón en la carne, para que no
me engría”.
Ahora bien, para que no me envanezca, me han clavado
en las carnes una espina, verdadero delegado de Satanás, que me abofetea. A
causa de ello rogué tres veces al Señor que lo apartara de mí. Y me contestó:
¡te basta mi gracia!; la fuerza se realiza en la debilidad. Así que muy a gusto
me gloriaré de mis debilidades, para que se aloje en mí el poder de Cristo. Por
eso estoy contento con las debilidades, insolencias, necesidades, persecuciones
y angustias por Cristo. Porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.
4
Alucinaciones auditivas y visuales:
¿Hay que seguir alabándose?, aunque de poco sirva, paso
a las visiones y revelaciones del Señor. Sé de un cristiano que hace catorce años –no
sé si con el cuerpo o sin el cuerpo, Dios lo sabe– fue arrebatado hasta
el tercer cielo; y sé que ese individuo –con el cuerpo o sin el
cuerpo, Dios lo sabe– fue arrebatado al paraíso y escuchó palabras
inefables, que ningún hombre puede pronunciar. De eso podría gloriarme,
pero en cuanto a mí, sólo me gloriaré de mis debilidades. Aunque, si quisiera
gloriarme, no sería necio, diría la verdad. Pero me abstengo para que, en vista
de tan extraordinarias revelaciones, no vaya alguien a formarse de mí una idea
superior a lo que ve en mí o escucha de mí. (Capítulo 12)
5
Deberes de padres e hijos:
“No les toca a los hijos ahorrar para los padres, sino
a los padres para los hijos”. (Capítulo 12)
[Canal de Corinto. Fotografía de ERMG]
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