3
ERMG
EVANGELIO
DE LUCAS
(AÑO
80 / LUGAR: 24 CAPÍTULOS/AUTORÍA: LUCAS)
1
El
Evangelio de Lucas o es el tercero y más extenso de los cuatro evangelios
canónicos del Nuevo Testamento.
2
El historiador Lucas:
Lucas se atiene al escribir su
Evangelio al género histórico. Recurre a la datación sincrónica, la cual
permite una mejor ublicación en el tiempo al mencionar a personajes
contemporáneos:
Puesto que ya muchos han tratado de
poner en orden la historia de las cosas que entre nosotros han sido ciertísimas,
2 tal como nos lo enseñaron los que desde el principio lo vieron con sus ojos,
y fueron ministros de la palabra, 3 me ha parecido también a mí, después de
haber investigado con diligencia todas las cosas desde su origen, escribírtelas
por orden, oh excelentísimo Teófilo, 4 para que conozcas bien la verdad de las
cosas en las cuales has sido instruido.(1.1)
“ Hubo en los días de Herodes, rey de Judea,
un sacerdote llamado Zacarías, de la clase de Abías; su mujer era de las hijas
de Aarón, y se llamaba Elisabet (1.5).
“Aconteció en aquellos días, que se
promulgó un edicto de parte de Augusto César, que todo el mundo fuese
empadronado”. (2.1)
“En el año decimoquinto del imperio
de Tiberio César, siendo gobernador de Judea Poncio Pilato, y Herodes tetrarca
de Galilea, y su hermano Felipe tetrarca de Iturea y de la provincia de
Traconite, y Lisanias tetrarca de Abiliniam (3.1), 2 y siendo sumos sacerdotes
Anás y Caifás, vino palabra de Dios a Juan, hijo de Zacarías, en el desierto
(3.2).
Usa la historiografía grecorromana:
hace más creible sus escritos al citar los discursos de personalidades en el
contexto de ciertos hechos.
3
El Evangelio de Lucas y los Hechos de
los Apóstoles pertenecen a un mismo autor, y siguen un mismo hilo narrativo.
4
El Evangelio de Lucas es el que tiene
más términos médicos.
5
Entrevistó a la madre de Jesús para
escribir sobre su infancia. No conoció personalmente a Jesús, pues, según su
propio testimonio, su evangelio fue
escrito tras haber «investigado diligentemente todo desde sus orígenes»
consultando con «testigos oculares y servidores de la palabra».
6
El Evangelio de Lucas fue escrito en
griego.
7
La historia del Evangelio de Lucas se
divide en tres tiempos:
1. Historia
de Israel.
2. Historia
de Jesús.
3. Historia
de la Iglesia.
8
Jesús suda sangre:
Lc
22, 23-45
Algunos
exegetas han eliminado este pasaje “porque la narración de Jesús abrumado por la
debilidad humana era incompatible con su compartir la divina omnipotencia del
Padre”.
9
Información
que no aparece en los otros Evangelios:
1. Los
primeros años de la vida de Jesús.
2. La
predicación de Jesús en las regiones de Galilea, Samaria, Judea y Perea.
3. Una
versión reducida del llamado Sermón del monte, conocida como Sermón de la
llanura.
4. Un
conjunto de parábolas: la del buen samaritano, la de la moneda perdida, la del
hijo pródigo, la del rico epulón y el pobre Lázaro, la parábola del juez inicuo
y la viuda importuna, y la del fariseo y el publicano.
5. Su
relato de las apariciones de Jesús tras la resurrección es particularmente
detallado, en particular la aparición ante los llamados peregrinos de Emaús.
10
Jesús
es un comilón y bebedor:
7.31
Y dijo el Señor: ¿A qué, pues, compararé los hombres de esta generación, y a
qué son semejantes? 32 Semejantes son a los muchachos sentados en la plaza, que
dan voces unos a otros y dicen: Os tocamos flauta, y no bailasteis; os
endechamos, y no llorasteis. 33 Porque vino Juan el Bautista, que ni comía pan
ni bebía vino, y decís: Demonio tiene. 34 Vino el Hijo del Hombre, que come
y bebe, y decís: Este es un hombre comilón y bebedor de vino, amigo de
publicanos y de pecadores. 35 Mas la sabiduría es justificada por todos sus
hijos.
El
Padre Nuestro:
11.1.
Aconteció que estaba Jesús orando en un lugar, y cuando terminó, uno de sus
discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus
discípulos. 2 Y les dijo: Cuando oréis, decid: Padre nuestro que estás en los
cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en
el cielo, así también en la tierra. 3 El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.
4 Y perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todos los
que nos deben. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal.
11
En
el Capítulo 4 se habla de las tentaciones a que es sometido Jesús por parte del
Diablo, durante su ayuno de 40 días:
Jesús,
lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán, y fue llevado por el Espíritu al
desierto 2 por cuarenta días, y era tentado por el diablo. Y no comió nada en
aquellos días, pasados los cuales, tuvo hambre. 3 Entonces el diablo le dijo:
Si eres Hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en pan. 4 Jesús,
respondiéndole, dijo: Escrito está: No solo de pan vivirá el hombre, sino de
toda palabra de Dios. 5 Y le llevó el diablo a un alto monte, y le mostró en un
momento todos los reinos de la tierra. 6 Y le dijo el diablo: A ti te daré toda
esta potestad, y la gloria de ellos; porque a mí me ha sido entregada, y a
quien quiero la doy. 7 Si tú postrado me adorares, todos serán tuyos. 8
Respondiendo Jesús, le dijo: Vete de mí, Satanás, porque escrito está: Al Señor
tu Dios adorarás, y a él sólo servirás. 9 Y le llevó a Jerusalén, y le puso
sobre el pináculo del templo, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate de aquí
abajo...
Estas
tentaciones las entiendo como las alucinaciones que sufren quien observan un
largo ayuno. Hago un analisis sobre este punto en la introducción.
Un
hombre que tenía un espíritu inmundo
(Mr.
1.21-28)
4.31
Descendió Jesús a Capernaum, ciudad de Galilea; y les enseñaba en los días de
reposo.[b] 32 Y se admiraban de su doctrina, porque su palabra era con
autoridad. 33 Estaba en la sinagoga un hombre que tenía un espíritu de
demonio inmundo, el cual exclamó a gran voz, 34 diciendo: Déjanos; ¿qué
tienes con nosotros, Jesús nazareno? ¿Has venido para destruirnos? Yo te
conozco quién eres, el Santo de Dios. 35 Y Jesús le reprendió, diciendo:
Cállate, y sal de él. Entonces el demonio, derribándole en medio de ellos,
salió de él, y no le hizo daño alguno. 36 Y estaban todos maravillados, y
hablaban unos a otros, diciendo: ¿Qué palabra es esta, que con autoridad y
poder manda a los espíritus inmundos, y salen? 37 Y su fama se difundía por todos
los lugares de los contornos.
4.38.Jesús
sana a la suegra de Pedro
(Mt.
8.14-15; Mr. 1.29-31)
38
Entonces Jesús se levantó y salió de la sinagoga, y entró en casa de Simón. La
suegra de Simón tenía una gran fiebre; y le rogaron por ella. 39 E inclinándose
hacia ella, reprendió a la fiebre; y la fiebre la dejó, y levantándose ella al
instante, les servía.
Muchos
sanados al ponerse el sol
(Mt.
8.16-17; Mr. 1.32-34)
4.40
Al ponerse el sol, todos los que tenían enfermos de diversas enfermedades
los traían a él; y él, poniendo las manos sobre cada uno de ellos, los
sanaba. 41 También salían demonios de muchos, dando voces y diciendo: Tú eres
el Hijo de Dios. Pero él los reprendía y no les dejaba hablar, porque sabían
que él era el Cristo.
Jesús
sana a un leproso
(Mt.
8.1-4; Mr. 1.40-45)
5.12.Sucedió
que estando él en una de las ciudades, se presentó un hombre lleno de lepra,
el cual, viendo a Jesús, se postró con el rostro en tierra y le rogó, diciendo:
Señor, si quieres, puedes limpiarme. 13 Entonces, extendiendo él la mano, le
tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y al instante la lepra se fue de él. 14 Y él
le mandó que no lo dijese a nadie; sino ve, le dijo, muéstrate al sacerdote, y
ofrece por tu purificación, según mandó Moisés, para testimonio a ellos. 15
Pero su fama se extendía más y más; y se reunía mucha gente para oírle, y para
que les sanase de sus enfermedades. 16 Mas él se apartaba a lugares desiertos,
y oraba.
Jesús
sana a un paralítico
(Mt.
9.1-8; Mr. 2.1-12)
5.17
Aconteció un día, que él estaba enseñando, y estaban sentados los fariseos y
doctores de la ley, los cuales habían venido de todas las aldeas de Galilea, de
Judea y Jerusalén; y el poder del Señor estaba con él para sanar. 18 Y
sucedió que unos hombres que traían en un lecho a un hombre que estaba
paralítico, procuraban llevarle adentro y ponerle delante de él. 19 Pero no
hallando cómo hacerlo a causa de la multitud, subieron encima de la casa, y por
el tejado le bajaron con el lecho, poniéndole en medio, delante de Jesús. 20 Al
ver él la fe de ellos, le dijo: Hombre, tus pecados te son perdonados. 21
Entonces los escribas y los fariseos comenzaron a cavilar, diciendo: ¿Quién es
este que habla blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados sino solo Dios? 22
Jesús entonces, conociendo los pensamientos de ellos, respondiendo les dijo:
¿Qué caviláis en vuestros corazones? 23 ¿Qué es más fácil, decir: Tus pecados
te son perdonados, o decir: Levántate y anda? 24 Pues para que sepáis que el
Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dijo al
paralítico): A ti te digo: Levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa. 25 Al
instante, levantándose en presencia de ellos, y tomando el lecho en que estaba
acostado, se fue a su casa, glorificando a Dios. 26 Y todos, sobrecogidos
de asombro, glorificaban a Dios; y llenos de temor, decían: Hoy hemos visto
maravillas.
El
hombre de la mano seca
(Mt.
12.9-14; Mr. 3.1-6)
6.6
Aconteció también en otro día de reposo,[d] que él entró en la sinagoga y
enseñaba; y estaba allí un hombre que tenía seca la mano derecha. 7 Y le
acechaban los escribas y los fariseos, para ver si en el día de reposo lo
sanaría, a fin de hallar de qué acusarle. 8 Mas él conocía los pensamientos de
ellos; y dijo al hombre que tenía la mano seca: Levántate, y ponte en medio. Y
él, levantándose, se puso en pie. 9 Entonces Jesús les dijo: Os preguntaré una
cosa: ¿Es lícito en día de reposo[f] hacer bien, o hacer mal?, ¿salvar la vida,
o quitarla? 10 Y mirándolos a todos alrededor, dijo al hombre: Extiende tu
mano. Y él lo hizo así, y su mano fue restaurada. 11 Y ellos se llenaron de
furor, y hablaban entre sí qué podrían hacer contra Jesús.
Jesús
atiende a una multitud
(Mt.
4.23-25)
7.1.
Y descendió con ellos, y se detuvo en un lugar llano, en compañía de sus
discípulos y de una gran multitud de gente de toda Judea, de Jerusalén y de la
costa de Tiro y de Sidón, que había venido para oírle, y para ser sanados de
sus enfermedades; 18 y los que habían sido atormentados de espíritus
inmundos eran sanados. 19 Y toda la gente procuraba tocarle, porque poder salía
de él y sanaba a todos.
Jesús
resucita al hijo de la viuda de Naín
7.11
Aconteció después, que él iba a la ciudad que se llama Naín, e iban con él
muchos de sus discípulos, y una gran multitud. 12 Cuando llegó cerca de la
puerta de la ciudad, he aquí que llevaban a enterrar a un difunto, hijo único
de su madre, la cual era viuda; y había con ella mucha gente de la ciudad. 13 Y
cuando el Señor la vio, se compadeció de ella, y le dijo: No llores. 14 Y
acercándose, tocó el féretro; y los que lo llevaban se detuvieron. Y dijo:
Joven, a ti te digo, levántate. 15 Entonces se incorporó el que había muerto, y
comenzó a hablar. Y lo dio a su madre. 16 Y todos tuvieron miedo, y
glorificaban a Dios, diciendo: Un gran profeta se ha levantado entre nosotros;
y: Dios ha visitado a su pueblo. 17 Y se extendió la fama de él por toda Judea,
y por toda la región de alrededor.
Curaciones
7.21
En esa misma hora sanó a muchos de enfermedades y plagas, y de espíritus malos,
y a muchos ciegos les dio la vista. 22 Y respondiendo Jesús, les dijo: Id,
haced saber a Juan lo que habéis visto y oído: los ciegos ven, los cojos
andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son
resucitados, y a los pobres es anunciado el evangelio; 23 y bienaventurado
es aquel que no halle tropiezo en mí.
El
endemoniado gadareno
8.26
Y arribaron a la tierra de los gadarenos, que está en la ribera opuesta a
Galilea. 27 Al llegar él a tierra, vino a su encuentro un hombre de la
ciudad, endemoniado desde hacía mucho tiempo; y no vestía ropa, ni moraba
en casa, sino en los sepulcros. 28 Este, al ver a Jesús, lanzó un gran grito, y
postrándose a sus pies exclamó a gran voz: ¿Qué tienes conmigo, Jesús, Hijo del
Dios Altísimo? Te ruego que no me atormentes. 29 (Porque mandaba al espíritu
inmundo que saliese del hombre, pues hacía mucho tiempo que se había apoderado
de él; y le ataban con cadenas y grillos, pero rompiendo las cadenas, era
impelido por el demonio a los desiertos.) 30 Y le preguntó Jesús, diciendo:
¿Cómo te llamas? Y él dijo: Legión. Porque muchos demonios habían entrado en él.
31 Y le rogaban que no los mandase ir al abismo. 32 Había allí un hato de
muchos cerdos que pacían en el monte; y le rogaron que los dejase entrar en
ellos; y les dio permiso. 33 Y los demonios, salidos del hombre, entraron en
los cerdos; y el hato se precipitó por un despeñadero al lago, y se ahogó.*
34
Y los que apacentaban los cerdos, cuando vieron lo que había acontecido,
huyeron, y yendo dieron aviso en la ciudad y por los campos. 35 Y salieron a
ver lo que había sucedido; y vinieron a Jesús, y hallaron al hombre de quien
habían salido los demonios, sentado a los pies de Jesús, vestido, y en su cabal
juicio; y tuvieron miedo. 36 Y los que lo habían visto, les contaron cómo había
sido salvado el endemoniado. 37 Entonces toda la multitud de la región alrededor
de los gadarenos le rogó que se marchase de ellos, pues tenían gran temor. Y
Jesús, entrando en la barca, se volvió. 38 Y el hombre de quien habían salido
los demonios le rogaba que le dejase estar con él; pero Jesús le despidió,
diciendo: 39 Vuélvete a tu casa, y cuenta cuán grandes cosas ha hecho Dios
contigo. Y él se fue, publicando por toda la ciudad cuán grandes cosas había
hecho Jesús con él.
*Nota:
“El
Nuevo Testamento carece completamente de preceptos contra la crueldad con los
animales o de recomendaciones en el sentido de considerar sus intereses. El
mismo Jesús se mostró indiferente ante el destino de los no-humanos cuando
incitó a 2000 cerdos a arrojarse al mar”.( Liberación animal (1975) del pensador
australiano Peter Singer estableció las bases filosóficas de los movimientos en
defensa de los seres no humanos y fortaleció con argumentos éticos y médicos a
las sociedades de vegetarianos y veganos).
CUMBRES
BORRASCOSAS, LA BIBLIA Y NIETZSCHE.
(El
perfil psicopatológico de ciertos
personajes literarios se relaciona con el trato que dan a los animales. ¿Qué
piensa Dios sobre este mismo tema?)
En
muchas obras literarias el trato que dan ciertos personajes a los animales es
un complemento de su perfil psicopatológico, que en muchos casos los caracterizan
como héroes negativos.
Heathcliff,
uno de los protagonistas principales de
“Cumbres borrascosas” (1847) de Emily Bronte, es un héroe negativo.
Es frío, calculador, un resentido que
sólo piensa en vengarse de las personas que lo trataron mal en su infancia.
Su
conducta irregular se observa en comportamiento que tiene con los perros: “Al atravesar el jardín para salir al camino
,vi, en un garfio que había en la pared para atar la brida de los caballos, una forma blanca que se movía extrañamente , y no al
parecer por el soplo del viento. A pesar
de la prisa que llevaba, me detuve para cerciorarme, de lo que era, no fuese a
quedarme en la imaginación de que se
trataba de un fantasma. Y fueron grandes mi sorpresa y mi perplejidad al descubrir con los ojos, y mejor con el
tacto, a la galga de la señorita Isabel
con un pañuelo atado al cuello y a punto de morir ahogada”.
Hareton Earnshaw: hijo de Hindley,
es un niño de “potencial desperdiciado”,
también es un resentido por el mal trato que le dio Heathcliff. Hareton se
entretenía colgando “del respaldo de una silla a un puñado de perrillos”.
La
palabra de Dios es la Biblia. En Deuteronomio 23;18 se dice : “No traerás la
paga de una ramera ni el precio de un perro a la casa de Jehová tu Dios por
ningún voto: porque abominación es a Jehová tu Dios tanto lo uno como lo otro”.
Nietzsche
dice en “El caminante y su sombra”: “La moral puede seguirse en la forma como
nos comportamos con los animales. Quien es cruel con los animales lo será con
los individuos débiles. En este aspecto el cristianismo es una religión pobre y
retrógrada”.
La
hija de Jairo, y la mujer que tocó el manto de Jesús
(Mt.
9.18-26; Mr. 5.21-43)
8.40
Cuando volvió Jesús, le recibió la multitud con gozo; porque todos le esperaban.
41 Entonces vino un varón llamado Jairo, que era principal de la sinagoga, y
postrándose a los pies de Jesús, le rogaba que entrase en su casa; 42 porque
tenía una hija única, como de doce años, que se estaba muriendo.
Y
mientras iba, la multitud le oprimía. 43 Pero una mujer que padecía de flujo de
sangre desde hacía doce años, y que había gastado en médicos todo cuanto tenía,
y por ninguno había podido ser curada, 44 se le acercó por detrás y tocó el
borde de su manto; y al instante se detuvo el flujo de su sangre. 45 Entonces
Jesús dijo: ¿Quién es el que me ha tocado? Y negando todos, dijo Pedro y los
que con él estaban: Maestro, la multitud te aprieta y oprime, y dices: ¿Quién
es el que me ha tocado? 46 Pero Jesús dijo: Alguien me ha tocado; porque yo he
conocido que ha salido poder de mí. 47 Entonces, cuando la mujer vio que no
había quedado oculta, vino temblando, y postrándose a sus pies, le declaró
delante de todo el pueblo por qué causa le había tocado, y cómo al instante
había sido sanada. 48 Y él le dijo: Hija, tu fe te ha salvado; ve en paz.
Estaba
hablando aún, cuando vino uno de casa del principal de la sinagoga a decirle:
Tu hija ha muerto; no molestes más al Maestro. 50 Oyéndolo Jesús, le respondió:
No temas; cree solamente, y será salva. 51 Entrando en la casa, no dejó entrar
a nadie consigo, sino a Pedro, a Jacobo, a Juan, y al padre y a la madre de la
niña. 52 Y lloraban todos y hacían lamentación por ella. Pero él dijo: No
lloréis; no está muerta, sino que duerme. 53 Y se burlaban de él, sabiendo que
estaba muerta. 54 Mas él, tomándola de la mano, clamó diciendo: Muchacha,
levántate. 55 Entonces su espíritu volvió, e inmediatamente se levantó; y él
mandó que se le diese de comer. 56 Y sus padres estaban atónitos; pero Jesús
les mandó que a nadie dijesen lo que había sucedido.
Jesús
sana a un muchacho endemoniado (Epilepsia)
(Mt.
17.14-21; Mr. 9.14-29)
9.37
Al día siguiente, cuando descendieron del monte, una gran multitud les salió al
encuentro. 38 Y he aquí, un hombre de la multitud clamó diciendo: Maestro, te
ruego que veas a mi hijo, pues es el único que tengo; 39 y sucede que un
espíritu le toma, y de repente da voces, y le sacude con violencia, y le hace
echar espuma, y estropeándole, a duras penas se aparta de él. 40 Y rogué a
tus discípulos que le echasen fuera, y no pudieron. 41 Respondiendo Jesús,
dijo: ¡Oh generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo he de estar con
vosotros, y os he de soportar? Trae acá a tu hijo. 42 Y mientras se acercaba el
muchacho, el demonio le derribó y le sacudió con violencia; pero Jesús
reprendió al espíritu inmundo, y sanó al muchacho, y se lo devolvió a su padre.
43 Y todos se admiraban de la grandeza de Dios.
Aceite
y vino para curar heridas.
10.29.¿Y
quién es mi prójimo? 30 Respondiendo Jesús, dijo: Un hombre descendía de
Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de ladrones, los cuales le despojaron; e
hiriéndole, se fueron, dejándole medio muerto. 31 Aconteció que descendió un
sacerdote por aquel camino, y viéndole, pasó de largo. 32 Asimismo un levita,
llegando cerca de aquel lugar, y viéndole, pasó de largo. 33 Pero un
samaritano, que iba de camino, vino cerca de él, y viéndole, fue movido a
misericordia; 34 y acercándose, vendó sus heridas, echándoles aceite y vino;
y poniéndole en su cabalgadura, lo llevó al mesón, y cuidó de él. 35 Otro
día al partir, sacó dos denarios, y los dio al mesonero, y le dijo: Cuídamele;
y todo lo que gastes de más, yo te lo pagaré cuando regrese. 36 ¿Quién, pues,
de estos tres te parece que fue el prójimo del que cayó en manos de los
ladrones? 37 Él dijo: El que usó de misericordia con él. Entonces Jesús le
dijo: Ve, y haz tú lo mismo.
Jesús
acusa a fariseos y a intérpretes de la ley
¿Una
falta de higiene?
(Mt.
23.1-36; Mr. 12.38-40; Lc. 20.45-47)
11.37
Luego que hubo hablado, le rogó un fariseo que comiese con él; y entrando Jesús
en la casa, se sentó a la mesa. 38 El fariseo, cuando lo vio, se extrañó de
que no se hubiese lavado antes de comer. 39 Pero el Señor le dijo: Ahora
bien, vosotros los fariseos limpiáis lo de fuera del vaso y del plato, pero por
dentro estáis llenos de rapacidad y de maldad. 40 Necios, ¿el que hizo lo de
fuera, no hizo también lo de adentro? 41 Pero dad limosna de lo que tenéis, y
entonces todo os será limpio.
Jesús
sana a una mujer en el día de reposo
13.10
Enseñaba Jesús en una sinagoga en el día de reposo;[a] 11 y había allí una
mujer que desde hacía dieciocho años tenía espíritu de enfermedad, y andaba
encorvada, y en ninguna manera se podía enderezar. 12 Cuando Jesús la vio, la
llamó y le dijo: Mujer, eres libre de tu enfermedad. 13 Y puso las manos sobre
ella; y ella se enderezó luego, y glorificaba a Dios. 14 Pero el principal de
la sinagoga, enojado de que Jesús hubiese sanado en el día de reposo,[b] dijo a
la gente: Seis días hay en que se debe trabajar; en estos, pues, venid y sed
sanados, y no en día de reposo. 15 Entonces el Señor le respondió y dijo:
Hipócrita, cada uno de vosotros ¿no desata en el día de reposo[c] su buey o su
asno del pesebre y lo lleva a beber? 16 Y a esta hija de Abraham, que Satanás
había atado dieciocho años, ¿no se le debía desatar de esta ligadura en el día
de reposo?[d] 17 Al decir él estas cosas, se avergonzaban todos sus
adversarios; pero todo el pueblo se regocijaba por todas las cosas gloriosas
hechas por él.
Jesús
sana a un hidrópico
14.1
Aconteció un día de reposo,[a] que habiendo entrado para comer en casa de un
gobernante, que era fariseo, estos le acechaban. 2 Y he aquí estaba delante de
él un hombre hidrópico. 3 Entonces Jesús habló a los intérpretes de la ley y a
los fariseos, diciendo: ¿Es lícito sanar en el día de reposo?[b] 4 Mas ellos
callaron. Y él, tomándole, le sanó, y le despidió. 5 Y dirigiéndose a ellos,
dijo: ¿Quién de vosotros, si su asno o su buey cae en algún pozo, no lo sacará
inmediatamente, aunque sea en día de reposo?[c], 6 Y no le podían replicar a
estas cosas.
El
rico y Lázaro
16.19
Había un hombre rico, que se vestía de púrpura y de lino fino, y hacía cada día
banquete con esplendidez. 20 Había también un mendigo llamado Lázaro, que
estaba echado a la puerta de aquel, lleno de llagas, 21 y ansiaba saciarse
de las migajas que caían de la mesa del rico; y aun los perros venían y le
lamían las llagas. 22 Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los
ángeles al seno de Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado. 23 Y en
el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a
Lázaro en su seno. 24 Entonces él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten
misericordia de mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua,
y refresque mi lengua; porque estoy atormentado en esta llama. 25 Pero Abraham
le dijo: Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro también
males; pero ahora este es consolado aquí, y tú atormentado. 26 Además de todo
esto, una gran sima está puesta entre nosotros y vosotros, de manera que los
que quisieren pasar de aquí a vosotros, no pueden, ni de allá pasar acá. 27
Entonces le dijo: Te ruego, pues, padre, que le envíes a la casa de mi padre,
28 porque tengo cinco hermanos, para que les testifique, a fin de que no vengan
ellos también a este lugar de tormento. 29 Y Abraham le dijo: A Moisés y a los
profetas tienen; óiganlos. 30 Él entonces dijo: No, padre Abraham; pero si
alguno fuere a ellos de entre los muertos, se arrepentirán. 31 Mas Abraham le
dijo: Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán aunque
alguno se levantare de los muertos.
De
este mendigo, llamado Lázaro,deriva la palabra lazareto, institución
para albergar a los leprosos.. El primer lazareto apareción en Italia (Venecia)
en el siglo XV (1423) la isla de Santa María de Nazaret, situada enfrente de la
ciudad. Los primeros pacientes eran los aislado por una epidemia que atacó la
ciudad. El hospital se llamó primero “nazareto”, luego se llamó
“lazarus”(leproso).
Francisco
de Mirando se refirió a este lazareto en 1783 , en su Viaje por Italia:
“Toda
la noche corrimos con viento fresco del N. N. E. de modo que a las siete de la
mañana que me levanté de dormir estábamos ya sobre Venecia, y a las ocho
entramos por el Lido dando fondo inmediato al Lazareto (la distancia es de
noventa millas) el capitán fue a tierra para manifestar sus papeles, y luego
volvió a bordo, donde fletamos una pequeña barca entre todos los pasajeros y
juntos con nuestros equipajes seguimos a la ciudad… ¡No se puede negar que al
aproximarse el espectáculo impone! ¡Tantos hermosos, y soberbios edificios que
parecen salen del agua…! La vista del hermoso canal-grande, y de la Giudecca,
con las islas adyacentes de San Giorgio magiore, de la Madonna delle Gratie,
etc. ¡todo forma un objeto grande y hermosísimo!… mas cuando se desembarca, y
se comienza a ver la mierda, y porquería que cubre las calles, casas etc. ¡la
idea disminuye infinitamente!… en fin llegamos a la Sanidad que está vecino a
la Dogana; y después de avernos molido una media ora nos despacharon, y cada
uno tomó su góndola para buscar posada: los guardas vinieron a querer visitar
el equipaje, más 2 o 3 paulos que se les dieron, los hicieron marchar luego con
una reverencia”.
Diez
leprosos son limpiados
17.11
Yendo Jesús a Jerusalén, pasaba entre Samaria y Galilea. 12 Y al entrar en una
aldea, le salieron al encuentro diez hombres leprosos, los cuales se
pararon de lejos 13 y alzaron la voz, diciendo: ¡Jesús, Maestro, ten misericordia
de nosotros! 14 Cuando él los vio, les dijo: Id, mostraos a los sacerdotes. Y
aconteció que mientras iban, fueron limpiados. 15 Entonces uno de ellos,
viendo que había sido sanado, volvió, glorificando a Dios a gran voz, 16 y se
postró rostro en tierra a sus pies, dándole gracias; y este era samaritano. 17
Respondiendo Jesús, dijo: ¿No son diez los que fueron limpiados? Y los nueve,
¿dónde están? 18 ¿No hubo quien volviese y diese gloria a Dios sino este
extranjero? 19 Y le dijo: Levántate, vete; tu fe te ha salvado.
Un
ciego de Jericó recibe la vista
(Mt.
20.29-34; Mr. 10.46-52)
18.35
Aconteció que acercándose Jesús a Jericó, un ciego estaba sentado junto al
camino mendigando; 36 y al oír a la multitud que pasaba, preguntó qué era
aquello. 37 Y le dijeron que pasaba Jesús nazareno. 38 Entonces dio voces,
diciendo: ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí! 39 Y los que iban
delante le reprendían para que callase; pero él clamaba mucho más: ¡Hijo de
David, ten misericordia de mí! 40 Jesús entonces, deteniéndose, mandó traerle a
su presencia; y cuando llegó, le preguntó, 41 diciendo: ¿Qué quieres que te
haga? Y él dijo: Señor, que reciba la vista. 42 Jesús le dijo: Recíbela, tu fe
te ha salvado. 43 Y luego vio, y le seguía, glorificando a Dios; y todo el
pueblo, cuando vio aquello, dio alabanza a Dios.