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SALMOS
[David
y los Salmos. Iglesia de la Trinidad. Montañas de
Vorobyovy. Moscú]
FECHA:
SIGLOS X-IV ANTES DE CRISTO.
CAPÍTULOS:
150 SALMOS EN CINCO LIBROS.
AUTOR:
MÁS DEL 50 % DE LOS SALMOS SE LE ATRIBUYEN A DAVID.
GENERALIDADES.
Salmo
significa en hebreo: composición para alabar a Dios. Psalmus en latín se
traduce “cántico acompañado del salterio o el arpa”. Salmodia es canto de
salmos.,
El
autor de los Salmos (David y otros) habla consigo mismo. Cada Salmo es un
monólogo. La conciencia es Dios. El hombre detecta la maldad del mundo y su
gente y pide justicia. El autor ruega, reza y pide la ayuda de Dios. Le
pregunta a Dios porqué no ataca a sus enemigos. ¿Por qué me has abandonado?, grita
el escribano. Palabras que luego Cristo pronunciará en la cruz, al borde de la
muerte. En algunos salmos, el autor se queja de su mala salud. Explica, que tal
vez, esos requiebros de salud se deben a sus pecados. Constantemente el
salmista se queja de que Dios no acude en su ayuda para enfrentar a sus
enemigos. Ruega con vehemencia, pero en vano: Dios, al parecer,no lo escucha.
ORIGEN
Los
salmos son parte de la literatura hebrea. Es poesía para contactar a Dios. Este
tipo de cantos o poemas era propio de los sumerios, asirios, babilonios y
egipcios, pueblos con lod cuales estuvo en contacto el pueblo hebreo.
El
texto original de los Salmos estaba en hebreo. Los manuscritos más antiguos con
los que se cuenta y que están en esta lengua son de fines del siglo X,
SALMOS
FAMOSOS
Salmo
22
Dios
mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?
¿Por
qué estás tan lejos de mi salvación, y de las palabras de mi clamor?
Dios mío, clamo de día, y no respondes;
Y
de noche, y no hay para mí reposo.
Salmo
51
Ten
piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia;
Conforme
a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones.
Lávame
más y más de mi maldad,
Y
límpiame de mi pecado.
[Давид пишет псалмы. Хлудровская псалтирь, Новгород,
конец XIII в.]
AUTORES
DE LOS SALMOS
En
los títulos de 73 salmos en la versión hebrea dice “de David”, mientras que 12
salmos son "de Asaf", 11 "de los hijos de Coré", 2 "de
Salomón", otros "de Moisés", Hemán y Etán y 35 están sin
atribución alguna. La versión griega atribuye 82 salmos a David.
SALMOS
Y MÚSICA CLÁSICA
Los
salmos han sido continuamente utilizados en la música clásica, destacando
autores como
1. Charpentier,
2. Delalande,
3. Haydn,
4. Händel,
5. Bach,
6. Beethoven,
7. Stravinski
,
8. Bernstein, entre otros.
Entre
las principales obras salmódicas destacan:
1. La creación, oratorio de Joseph Haydn;
2. El Mesías de Haendel, oratorio basado en los
salmos;
3. o
Sinfonía de los Salmos (1930) obra de Stravinski compuesta para coro y
orquesta.
4. El Salmo 51, popularmente conocido como
"Miserere", va a alcanzar una relevante recepción por ser el más
conocido de los salmos penitenciales, siendo utilizado por autores clásicos
como Palestrina, Di Lasso o Allegri.
5. Otro
salmo extensamente versionado por los autores clásicos es el Salmo 130, el cual
se conoce como "De Profundis" por sus primeras palabras en latín,
también dentro de los penitenciales.
LITERATURA
Y SALMOS
En
la literatura, algunas de las imágenes del Salmo 7 aparecen en el sermón de
"Pecadores en las manos de un Dios airado", obra de Jonathan Edwards.
La pregunta "¿Qué es el hombre?" del Salmo 8 inspiró la cita
"¡Qué gran obra es el hombre!" del Hamlet de William Shakespeare. En
concreto, se inspiró en una paráfrasis de Henry Howard, conde de Surrey,
mientras esperaba su ejecución en la Torre de Londres entre 1546 y 1547. La
pregunta también titula el ensayo "¿Qué es el hombre?" de Mark Twain
y el cuento "Para que te acuerdes de él" de Isaac Asimov.
CINE
Y SALMOS
En
el cine, el famoso Salmo 23, conocido como "el himno del pastor", ha
aparecido en diversas series como la famosa serie "Lost" (204-2010) o
en varias películas como "El libro de Eli" (2010).
TELÉGRAFO
Y SALMOS
En
1844, los primeros mensajes enviados por telégrafo fueron versículos del Salmo
66. El inventor Samuel Morse envió un mensaje a su asistente Albert Vail, que
estaba en Baltimore: "Ven y ve lo que Dios ha hecho" (Salmo 66:5). A
lo que este le contestó: "Ven y mira lo que Dios ha hecho por ti"
(Salmo 66:16).
ASPECTOS MÉDICOS
SALMO
6: UN ENFERMO ORA POR SU SALUD.
Este
salmo habla de la vejez, la enfermedad y la muerte:
“Piedad
de mí, Señor, que desfallezco Señor, no me reprendas airado, no me castigues
encolerizado. Piedad de mí, Señor, que estoy acabado, sana, Señor, mis
huesos dislocados.
“Estoy
profundamente abatido y tú, Señor, ¿hasta cuándo? Vuélvete, Señor, salva mi
vida, ayúdame, por tu misericordia: En la muerte nadie te recuerda, en el
Abismo, ¿quién te dará gracias? Estoy agotado de gemir, cada noche anego mi
lecho, y empapo la cama con mi llanto; mis ojos se nublan de pesar, envejecen
con tantas angustias”.
NOTA:
Ora
en este salmo un enfermo. Los dolores físicos y las angustias interiores son
mensajeros de la muerte. El cuerpo gime bajo el yugo del dolor y el espíritu
está cerca de la locura: «¿hasta cuándo?» (4b). Es un dolor que no cesa ni aun
de noche (7), mientras la luz de la vida huye de los ojos (8). Los enemigos
añaden dolor al dolor (9a), y el orante sufre el máximo dolor, porque sospecha
que Dios le es adverso, porque quien vive la muerte por adelantado se sabe
pecador. Sólo Dios que impuso el castigo puede poner remedio, y evitar que el
enfermo descienda al reino de la muerte (5s). Para la dolencia, sanación (3);
para la culpa, gracia (10); y la derrota para los enemigos (11). La carta a los
Hebreos menciona los gemidos y lágrimas de Jesús (Heb 5,7). Es éste un salmo
apto para llorar los pecados.
SALMO
30: GRACIAS A DIOS POR LA SANACIÓN
Te
glorificaré, oh Jehová, porque me has exaltado,
Y
no permitiste que mis enemigos se alegraran de mí.
2
Jehová Dios mío,
A
ti clamé, y me sanaste.
3
Oh Jehová, hiciste subir mi alma del Seol;
Me
diste vida, para que no descendiese a la sepultura.
SALMO
38: ORACIÓN DE UN ENFERMO PECADOR
38
Jehová, no me reprendas en tu furor,
Ni
me castigues en tu ira.
2
Porque tus saetas cayeron sobre mí,
Y
sobre mí ha descendido tu mano.
3
Nada hay sano en mi carne, a causa de tu ira;
Ni
hay paz en mis huesos, a causa de mi pecado.
4
Porque mis iniquidades se han agravado sobre mi cabeza;
Como
carga pesada se han agravado sobre mí.
5
Hieden y supuran mis llagas,
A
causa de mi locura.
6
Estoy encorvado, estoy humillado en gran manera,
Ando
enlutado todo el día.
7
Porque mis lomos están llenos de ardor,
Y
nada hay sano en mi carne.
8
Estoy debilitado y molido en gran manera;
Gimo
a causa de la conmoción de mi corazón.
9
Señor, delante de ti están todos mis deseos,
Y
mi suspiro no te es oculto.
10
Mi corazón está acongojado, me ha dejado mi vigor,
Y
aun la luz de mis ojos me falta ya.
SALMO
40: ORACIÓN DE UN ENFERMO.
2Dichoso
el que cuida del pobre y desvalido;
en
el día aciago lo pondrá a salvo el Señor.
3El
Señor lo guarda y lo conserva en vida,
para
que sea dichoso en la tierra,
y
no lo entrega a la saña de sus enemigos.
4El
Señor lo sostendrá en el lecho del dolor,
calmará
los dolores de su enfermedad.
5Yo
dije: «Señor, ten misericordia,
sáname,
porque he pecado contra ti».
6Mis
enemigos me desean lo peor:
«A
ver si se muere, y se acaba su apellido».
7El
que viene a verme habla con fingimiento,
disimula
su mala intención,
y,
cuando sale afuera, la dice.
8Mis
adversarios se reúnen a murmurar contra mí,
hacen
cálculos siniestros:
9«Padece
un mal sin remedio,
se
acostó para no levantarse».
10Incluso
mi amigo, de quien yo me fiaba,
que
compartía mi pan,
es
el primero en traicionarme.
11Pero
tú, Señor, apiádate de mí,
haz
que pueda levantarme,
para
que yo les dé su merecido.
12En
esto conozco que me amas:
en
que mi enemigo no triunfa de mí.
13A
mí, en cambio, me conservas la salud,
me
mantienes siempre en tu presencia.
14Bendito
el Señor, Dios de Israel,
ahora
y por siempre. Amén, amén.
COMENTARIO
AL SALMO 40
[La
Biblia de Jerusalén da a este salmo el título de Oración de un enfermo
abandonado. Jesús aplicó el v. 10 a Judas (cf. Jn 13,18). Para Nácar-Colunga el
título de este salmo es Oración de un enfermo grave. Un justo, gravemente
enfermo, se siente angustiado porque está abandonado de todos. Reconoce sus
posibles pecados y pide la salvación del peligro mortal.]
El
salmista refleja la situación angustiada de un enfermo postrado en el lecho del
dolor con peligro inminente de muerte. Sus adversarios le visitan, pero
interiormente están deseosos de que se acelere el fatal desenlace. En esta
situación de incomprensión y abandono, al doliente no le queda sino
encomendarse a su Dios, implorando la salvación. Las expresiones del salmista
pueden entenderse como reflejando una experiencia actual o como ya pasada, pero
recordada después por el mismo.
***
Todo
hombre es pecador y, consciente o inconscientemente, es culpable ante Dios. Por
eso, en la enfermedad descubren los justos posibles faltas que hayan traído
como consecuencia el infortunio. Yahvé es un Dios justo, y, por tanto, si envía
el mal contra los suyos, es porque éstos no son del todo inocentes. Todo lo que
sucede en el orden material y moral viene de Dios. Como es ley en los autores
semitas, éstos -poseídos de un concepto religioso de la vida- atribuyen todo
directamente a Dios, prescindiendo de lo que en filosofía se llaman causas
segundas o agentes creados, que son los causantes directos de las realidades de
este mundo y de los hechos de la historia. El salmista, pues, consciente de su
culpabilidad, pide a su Dios que le aparte el mal que le ha enviado, sanando su
alma o vida y devolviéndole la salud quebrantada.
A
su enfermedad se junta una tragedia moral, pues sus enemigos se alegran de su
mal y conspiran maliciosamente contra él. Por el hecho de estar enfermo, ellos
suponen que está abandonado de su Dios, en el que tanto confiaba; y, por
supuesto, se le considera culpable. Se sienten impacientes porque se retarda el
fatal desenlace, deseando que se extinga su nombre o posteridad. Incluso se
toman la libertad de ir a visitarle, como era usual en la sociedad israelita.
En realidad, lo que quieren es comprobar con sus ojos que la vida del enfermo
se extingue, y aunque al enfermo hablan mentirosamente, fingiendo interesarse
por su salud (v. 7), por dentro rezuman maldad, pues se alegran de la grave
situación del salmista. Saliendo afuera, comentan satisfechos el estado
desesperado de salud del que tanto odian: el enfermo es presa de un mal
infernal, literalmente una «peste de Belial»; su enfermedad es incurable: se
acostó para no volver a levantarse (v. 9). Aun los que se presentaban como
amigos, teniendo paz con él, y se sentaban a su mesa, ahora se muestran ingratos,
hostigándole: alzan contra mí el calcañal. Jesús, en la última Cena, aplica
estas palabras a la traición de Judas, que literalmente había tomado parte en
la mesa con Él (cf. Jn 13,18).
Súplica
de curación (vv. 11-14). Siempre confiado en el poder y favor de Yahvé, implora
su auxilio para que se manifieste en su favor y le salve de tan crítica
situación, pues ansía, además de recuperar su salud, dar el pago merecido a sus
enemigos, que esperan su muerte. La desaparición prematura del salmista hubiera
dado la razón a sus adversarios, que le consideran abandonado de Yahvé. Su
curación será la prueba clara de que están equivocados y de que aún disfruta de
la amistad divina. Se trata de una rehabilitación moral más que de una acción
vindicativa física contra los que hostilmente se acercan a él y se complacen en
su enfermedad. Si se salva del peligro de muerte, sus enemigos recibirán una
gran humillación moral. Al contrario, si es arrebatado por la muerte prematura,
ellos considerarán esto como una victoria sobre él y una confirmación concreta
de que Yahvé no protege a los que presumen de fidelidad a Él. Siempre
encontramos en los salmos reflejada la pugna entre los justos y los malvados en
la sociedad. El salmista, al no esperar un premio a su virtud y fidelidad en la
otra vida, declara que la prueba concreta de que su Dios se complace en él es
la liberación de la muerte, con lo que no prevalecerán sobre él sus enemigos,
que esperan la extinción de su vida y posteridad. A pesar de su crítica
situación actual, redobla su confianza en Yahvé, que le ha de sacar incólume
del peligro mortal, permaneciendo él y su posteridad en presencia de Él. Es la
esperanza de ser rehabilitado en su salud y la seguridad de continuar él y su
descendencia -por siempre- bajo la protección bienhechora de su Dios. La
recuperación de su salud será la prueba tangible de que ha recuperado también
plenamente la amistad divina, quebrantada por sus pecados, que han sido causa
de sus infortunios físicos.
[Maximiliano
García Cordero, en la Biblia comentada de la BAC]
SALMO
41: EL QUE CUIDA AL DESVALIDO.
1
Feliz el que cuida del desvalido:
el
Señor lo librará en el día aciago.
2
El Señor lo protegerá y lo conservará vivo,
será
dichoso en la tierra,
y
no lo entregará
a
las fauces de sus enemigos.
3
El Señor lo sostendrá en el lecho del dolor,
transformará
la cama de su enfermedad.
4
Yo dije: Señor, ten piedad,
sáname,
que he pecado contra ti.
5
Mis enemigos hablan mal de mí:
¿Cuándo
morirá y se perderá su apellido?
6
Si alguien viene a visitarme
su
corazón miente y acumula maldad,
sale
a la calle y lo comenta.
7
Los que me odian se reúnen a murmurar de mí,
me
achacan la enfermedad que padezco:
8
Ha contraído una enfermedad mortal;
el
que se acostó no se levantará.
9
Incluso mi amigo, en quien confiaba,
y
que compartía mi pan
me
pone zancadillas.
10
Mas tú, Señor, ten piedad, ponme en pie
y
les daré su merecido.
11
En esto conozco que me quieres:
que
mi enemigo no cantará
victoria
a mi costa.
12
Tú me sostendrás en mi integridad
y
me mantendrás siempre en tu presencia.
13
Bendito sea el Señor Dios de Israel,
desde
siempre y por siempre.
letra
la bienaventuranza del salmo. Podemos orar con este salmo para estimular
nuestra solicitud por los demás, para caminar hacia
sáname,
que he pecado contra ti.
Mis
enemigos hablan mal de mí:
¿Cuándo
morirá y se perderá su apellido?
Si
alguien viene a visitarme
su
corazón miente y acumula maldad,
sale
a la calle y lo comenta.
Los
que me odian se reúnen a murmurar de mí,
me
achacan la enfermedad que padezco:
Ha
contraído una enfermedad mortal;
el
que se acostó no se levantará.
Incluso
mi amigo, en quien confiaba,
y
que compartía mi pan
me
pone zancadillas.
Mas
tú, Señor, ten piedad, ponme en pie
y
les daré su merecido.
En
esto conozco que me quieres:
que
mi enemigo no cantará
victoria
a mi costa.
Tú
me sostendrás en mi integridad
y
me mantendrás siempre en tu presencia.
Bendito
sea el Señor Dios de Israel,
SALMO
90: LA VEJEZ
9
Porque todos nuestros días declinan a causa de tu ira;
Acabamos
nuestros años como un pensamiento.
10
Los días de nuestra edad son setenta años;
Y
si en los más robustos son ochenta años,
Con
todo, su fortaleza es molestia y trabajo,
Porque
pronto pasan, y volamos.
SALMO
102: ENFERMO, FLACO Y HAMBRIENTO.
Jehová,
escucha mi oración,
Y
llegue a ti mi clamor.
2
No escondas de mí tu rostro en el día de mi angustia;
Inclina
a mí tu oído;
Apresúrate
a responderme el día que te invocare.
3
Porque mis días se han consumido como humo,
Y
mis huesos cual tizón están quemados.
4
Mi corazón está herido, y seco como la hierba,
Por
lo cual me olvido de comer mi pan.
5
Por la voz de mi gemido
Mis
huesos se han pegado a mi carne.
6
Soy semejante al pelícano del desierto;
Soy
como el búho de las soledades;
7
Velo, y soy
Como
el pájaro solitario sobre el tejado.
8
Cada día me afrentan mis enemigos;
Los
que contra mí se enfurecen, se han conjurado contra mí.
9
Por lo cual yo como ceniza a manera de pan,
Y
mi bebida mezclo con lágrimas,
10
A causa de tu enojo y de tu ira;
Pues
me alzaste, y me has arrojado.
11
Mis días son como sombra que se va,
Y
me he secado como la hierba.
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